En un encendido testimonio, Laura Catalogna, delegada del Sindicato de Camioneros, puso el foco en el rol social que asume el gremio frente a la ausencia del Estado en momentos críticos. “Lo que pasó en Bahía Blanca fue clarísimo: el Estado dijo que se arreglen como puedan. Y ahí estuvimos nosotros, como siempre, presentes”, afirmó con contundencia.

Catalogna relató cómo distintas seccionales del sindicato se movilizaron para llevar ayuda a las zonas afectadas, destacando la logística y organización con la que los camioneros recolectaron y distribuyeron donaciones. “Camiones salieron de La Plata, de Capital y de muchas delegaciones del país. En cada zona, se juntaron alimentos, ropa y artículos de primera necesidad. La solidaridad vino del pueblo, no del gobierno”, enfatizó.

Crítica al ajuste y al deterioro salarial

En paralelo, la referente sindical hizo una fuerte crítica al ajuste económico y al deterioro del poder adquisitivo: “Las tareas sociales se incrementan porque la necesidad crece, pero la movilidad queda estancada. En cada hogar se ven los recortes: los sueldos no alcanzan y los aumentos que ofrecen, como en el caso reciente de la UOM o del paro de colectivos, son del 1%. Es una burla”.

Para Catalogna, el discurso oficial contrasta brutalmente con la realidad: “Me sorprende que la gente diga ‘ah, pero sacó el cepo’, como si eso resolviera algo. Me causa gracia. ¿Quién puede comprar dólares hoy con estos sueldos? Es un chiste”.

El rol social del gremio

Frente al abandono estatal, Catalogna destacó el compromiso del sindicato en tareas sociales. “Camioneros no solo está en las rutas, también está donde hay que ayudar. En cada emergencia, nuestros compañeros están cargando, viajando y entregando lo que se necesita. No miramos para otro lado”, remarcó.

Además, aseguró que “el crecimiento de la demanda social es alarmante” y que “los recursos no alcanzan”, pero que aun así el gremio redobla esfuerzos para estar al lado de los sectores más golpeados.

Las palabras de Laura Catalogna evidencian un reclamo profundo hacia un Estado ausente en los territorios y una economía cada vez más restrictiva para los trabajadores. En ese contexto, el sindicato de Camioneros se posiciona no solo como fuerza laboral, sino también como actor social activo frente al abandono.