La planta de Puma en La Rioja ha iniciado una ola de despidos que hasta el momento ha afectado a 23 trabajadores, quienes ya recibieron sus telegramas de desvinculación. Según los empleados, existe el temor de que esta cifra aumente en los próximos días. La industria del calzado atraviesa uno de sus peores momentos debido a la crisis económica y las políticas de apertura de importaciones impulsadas por el gobierno de Javier Milei.

El impacto de la caída de las ventas ha afectado directamente la productividad del sector, lo que ha llevado a muchas empresas a reducir sus plantillas laborales, recortar turnos e incluso paralizar sus fábricas de manera semanal. En el caso de la planta de Puma, la situación se ha agravado en las últimas semanas, generando incertidumbre entre los trabajadores. Algunos de ellos fueron notificados de sus despidos a su regreso de las vacaciones, lo que ha elevado la ansiedad por la estabilidad laboral y la seguridad económica de sus familias.

La industria del calzado, uno de los sectores más golpeados por la crisis, se encuentra actualmente en su peor momento en años. En los últimos meses, otras empresas emblemáticas del sector también han tomado medidas drásticas. Por ejemplo, la planta de Dass en Coronel Suárez, que produce calzado para marcas como Adidas y Nike, cerró y despidió a 360 trabajadores. Asimismo, la empresa Bicontinentar en Chivilcoy redujo su planta laboral en un 76%, con 130 despidos de un total de 170 empleados, lo que llevó al gremio UTICRA a negociar el pago de indemnizaciones.

La situación refleja la difícil realidad que atraviesa la industria del calzado, con despidos masivos y una creciente preocupación por la estabilidad laboral en el sector.