En la antesala de una reunión clave del Consejo Directivo de la CGT, el cosecretario general Cristian Jerónimo cuestionó con dureza el proyecto de reforma laboral impulsado por el Gobierno nacional y alertó que la iniciativa “no formaliza empleo ni mejora la situación de los trabajadores, sino que elimina derechos adquiridos y profundiza la desigualdad”.

La Confederación General del Trabajo convocó para mañana a un encuentro extraordinario con el objetivo de fijar una postura común frente a la propuesta oficial, en medio de un clima de creciente tensión tras la ruptura del diálogo en el Consejo de Mayo.

En declaraciones a Futurock, Jerónimo sostuvo que la reforma “no incorpora a ningún trabajador al sector formal” y remarcó que los cambios propuestos “recortan indemnizaciones, flexibilizan la jornada mediante bancos de horas de hasta 12 horas, permiten fraccionar vacaciones a criterio del empleador y modifican de forma regresiva derechos individuales y colectivos”.

El dirigente enfatizó que cualquier revisión del marco laboral debe darse en el ámbito de la negociación colectiva y no a través de leyes unilaterales. Señaló como ejemplos los convenios alcanzados en la industria automotriz y el sector petrolero, donde —sostuvo— se lograron esquemas modernos “sin vulnerar derechos”. “Si es necesario crear regímenes diferenciales, deben surgir de un acuerdo entre capital y trabajo, no de una imposición ideológica”, afirmó.

Jerónimo también cuestionó el diagnóstico económico del Gobierno y advirtió que la reforma “no resolverá los problemas estructurales del empleo”. “Si la economía no funciona y no hay consumo, de nada sirven los cambios normativos. Hoy se pierden puestos todos los días y cierran empresas”, expresó. Además, criticó la idea de implementar un fondo de cese financiado por aportes patronales: “No existe una sola actividad donde haya funcionado. El problema del empleo no son las indemnizaciones”.

Otro punto de tensión es la ausencia de diálogo con la Casa Rosada. Jerónimo confirmó que “no hubo ninguna convocatoria” para discutir los lineamientos del proyecto. Ante ese escenario, anticipó que la central obrera evalúa un plan de acción que podría incluir medidas de fuerza, movilizaciones y nuevas presentaciones judiciales, como las aplicadas frente al DNU 70/23. “Vamos a utilizar todas las herramientas gremiales, legislativas y judiciales para frenar lo que dañe a los trabajadores”, aseguró.

El cosecretario general también reflexionó sobre los desafíos internos de la CGT y la necesidad de ampliar su representatividad, especialmente entre los trabajadores informales, que representan cerca del 45% de la fuerza laboral: “Tenemos que volver a ser un actor estratégico en la construcción de un proyecto de país”.

La reunión de mañana será decisiva para definir el rumbo de la central y el tono de su respuesta ante una reforma que, según anticipan desde la conducción cegetista, podría profundizar el conflicto con el Gobierno. Para Jerónimo, la postura es inequívoca: “No vamos a permitir reformas que erosionen conquistas históricas del movimiento obrero”.