
Crisis en Celulosa Argentina: plantas paralizadas, pedido de quiebra y futuro laboral incierto
Política gremial Viernes 1° de Agosto de 2025
Celulosa Argentina, una de las principales papeleras del país con más de un siglo de historia, atraviesa su peor crisis. La empresa confirmó la paralización total de sus plantas productivas en Capitán Bermúdez (Santa Fe) y Zárate (Buenos Aires), y enfrenta un pedido de quiebra que pone en jaque su continuidad operativa y la estabilidad laboral de cientos de trabajadores.
En un comunicado presentado ante la Comisión Nacional de Valores (CNV), la compañía explicó que la detención de sus operaciones responde al “marcado deterioro del capital de trabajo”, mientras se mantienen únicamente tareas básicas de mantenimiento a cargo de personal no licenciado. La situación refleja el colapso de su estructura financiera y la falta de avances concretos en el proceso de reestructuración de deuda iniciado hace más de dos meses.
Default, reestructuración trabada y presión judicial
En mayo, Celulosa cayó en default al no poder afrontar vencimientos por cheques y obligaciones negociables. En junio presentó una propuesta para refinanciar una deuda que ronda los 128 millones de dólares, pero la negociación con acreedores no logró los resultados esperados. La empresa buscó postergar pagos por dos años, ofrecer intereses del 3% en dólares y del 5% en pesos, e incluir una subordinación de cobro por parte de su accionista mayoritario.
Como última carta, propuso avanzar con un Acuerdo Preventivo Extrajudicial (APE), pero la falta de adhesión suficiente dejó esa alternativa en suspenso. En paralelo, el 15 de julio, uno de sus principales acreedores, Tecmaco Integral, solicitó su quiebra ante el Juzgado Civil y Comercial N°1 de San Lorenzo, una demanda que incrementó la presión sobre la firma.
Incertidumbre y antecedentes preocupantes
La fecha límite autoimpuesta por la empresa para cerrar su esquema de reestructuración era este 31 de julio. Sin embargo, al cierre de esta nota, no hubo confirmación oficial de avances ni de nuevos inversores que garanticen la continuidad operativa. La firma, controlada por Tapebicuá Investment Company, que incluye entre sus figuras a José Urtubey, Juan Collado y el inversor estadounidense Douglas Albrecht, se encuentra atrapada en una crisis operativa, judicial y financiera de múltiples frentes.
La incertidumbre crece también entre los trabajadores, quienes temen por la pérdida definitiva de sus fuentes de empleo. No es la primera señal de alerta: en septiembre de 2024, Celulosa cerró su aserradero en Garruchos (Corrientes), dejando cesante a todo su personal.
Una parálisis que ya se siente
Con las plantas detenidas y sin señales claras de recuperación, la histórica papelera enfrenta un escenario crítico. La caída de sus balances, el peso de su deuda y la falta de liquidez dejaron a la empresa al borde del colapso. Mientras tanto, continúa en la búsqueda de inversores que inyecten capital y eviten un desenlace terminal.
En el trasfondo, el caso Celulosa se suma a una lista creciente de empresas industriales que, en el contexto económico actual, ven amenazada su viabilidad. Para trabajadores, sindicatos y economistas, el futuro inmediato está marcado por la urgencia de evitar una quiebra que dejaría a cientos de familias sin sustento.
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