
Marcus Ryu y el futuro realista de la inteligencia artificial en seguros: tres lecciones desde ITC Vegas 2025
Actualidad Lunes 20 de Octubre de 2025
El cierre del ITC Vegas 2025 —el evento de innovación en seguros más importante del mundo— tuvo como figura central a Marcus Ryu, fundador y ex CEO de Guidewire, quien ofreció una conferencia tan inspiradora como desafiante sobre el papel real de la inteligencia artificial (IA) en la industria aseguradora.
Con un tono pausado y una mirada crítica, Ryu, hoy socio general en Battery Ventures y referente global en insurtech, desarmó los discursos más entusiastas sobre la IA para proponer una visión equilibrada, basada en la evidencia y en la experiencia de dos décadas liderando la transformación digital del sector.
Entre el furor y la realidad de la inteligencia artificial
“El entusiasmo por la IA ha alcanzado niveles casi mesiánicos”, comenzó Ryu ante un auditorio colmado. Citó a figuras como Sam Altman, Dario Amodei y Elon Musk, quienes auguraron la llegada de una “IA superhumana” para este mismo año, y mencionó con ironía el manifiesto de Andreessen Horowitz, que sostiene que frenar el avance de la IA sería “una forma de asesinato”.
“Podemos llamar a esto un maximalismo de la IA”, explicó. “Es comprensible: la fluidez de los modelos de lenguaje nos deslumbra. Pero debemos recordar que aún estamos lejos de una inteligencia verdaderamente general.”
El fundador de Guidewire destacó que las aplicaciones actuales —como el análisis de siniestros, la atención omnicanal o el modelado de riesgos— son valiosas, pero siguen en una etapa temprana. “No soy escéptico ni fanático. Soy un empirista: creo en los datos. Y la realidad es que el impacto empresarial de la IA ha sido más lento y menos espectacular de lo que muchos predijeron.”
Ryu citó un estudio del MIT que muestra que el 95% de los proyectos de IA no generaron aún retornos medibles, y remarcó que “los modelos actuales son asombrosos, pero no la historia completa”.
Las predicciones fallidas y una lección de humildad
Con humor, Ryu recordó una conferencia del año 2000, cuando los expertos aseguraban que el “e-business” reemplazaría a los brokers y que los seguros se venderían como comida para perros en Amazon.
“Todos en la sala creímos en esa visión… y todos estábamos equivocados”, confesó entre risas. “Los corredores siguen vivos y el seguro continúa siendo un negocio profundamente humano.”
Para el empresario, esa anécdota encierra una enseñanza clave: “Las líneas de tiempo maximalistas siempre fallan. Hay que ser humildes cuando se predice el futuro, especialmente en industrias tan complejas como la nuestra.”
Tres lecciones para los líderes del seguro
En la parte final de su charla, Marcus Ryu dejó tres mensajes que resonaron entre ejecutivos, emprendedores e inversores presentes en el ITC Vegas:
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Predicciones con humildad.
“Las afirmaciones exageradas sobre la IA abundan. Incluso las que hacemos los inversores. Tómenlas con una dosis saludable de escepticismo”, recomendó. -
Reconocer la complejidad tecnológica.
“Los desafíos que enfrentaron Internet y la nube siguen vigentes. Los sistemas empresariales son interdependientes, difíciles de escalar y de adaptar. Los modelos de lenguaje todavía no manejan bien datos tabulares ni operan de forma determinista.” -
Reivindicar el valor del seguro.
“Nada me irrita más que escuchar a alguien decir que el seguro está en la ‘edad de piedra’. En mi empresa era motivo de despido usar esa frase”, bromeó. Y añadió con convicción: “El seguro no es aburrido: es lo que sostiene a las personas en los peores días de sus vidas.”
Tecnología al servicio de las personas
El cierre de Ryu fue tan emotivo como contundente: “Si mañana desaparecieran todas las firmas de capital de riesgo, el mundo seguiría adelante. Pero sin seguros, millones de personas quedarían devastadas. Nuestra misión es apoyar a quienes prestan ese servicio esencial y darles la tecnología que merecen.”
Con esa reflexión, Marcus Ryu no solo clausuró el ITC Vegas 2025, sino que también dejó una brújula ética para el futuro del insurtech: la innovación tecnológica debe estar al servicio de las personas, no al revés.