Desigualdad en los ingresos: casi el 63% de la población cobró menos de un millón de pesos en el tercer trimestre
Política gremial Sábado 20 de Diciembre de 2025
La distribución del ingreso en la Argentina continúa marcada por fuertes desigualdades, pese a una leve mejora en algunos indicadores. Así lo reflejó el último informe del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), que reveló que el 62,8% de la población que percibió ingresos durante el tercer trimestre del año no alcanzó el millón de pesos mensuales, un dato que expone la persistente pérdida del poder adquisitivo.
De acuerdo al relevamiento de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH), el coeficiente de Gini —principal indicador de desigualdad— se ubicó en 0,431, lo que representa una ligera baja respecto del mismo período de 2024, cuando había sido de 0,435. No obstante, el nivel de concentración del ingreso continúa siendo elevado en los 31 aglomerados urbanos incluidos en la medición.
El informe indicó que el ingreso promedio per cápita de la población fue de $634.451, mientras que la mediana se ubicó en $463.333, lo que evidencia una distribución asimétrica, con ingresos altos concentrados en una porción reducida de la población. En ese sentido, la brecha entre el decil de mayores ingresos y el de menores recursos fue de 13 veces, apenas un punto menos que en igual trimestre del año pasado.
En términos individuales, el 62,8% de la población percibió algún tipo de ingreso durante el período analizado, con un promedio de $993.771 mensuales. Sin embargo, las diferencias entre estratos sociales siguen siendo significativas: el ingreso promedio del estrato bajo fue de $332.944, el del estrato medio de $924.657 y el del estrato alto ascendió a $2.454.275.
El mercado laboral también refleja estas desigualdades. El ingreso promedio de la ocupación principal se ubicó en $944.855, con una brecha de género que continúa profundizándose. Mientras los varones registraron un ingreso promedio de $1.153.171, las mujeres alcanzaron $838.924, lo que implica una diferencia del 29%, la más alta de los últimos años.
Por otra parte, los ingresos laborales explicaron el 78,2% de los ingresos totales de los hogares, mientras que los ingresos no laborales representaron el 21,8%. En los hogares de menores recursos, este último componente tiene un peso significativamente mayor, lo que evidencia una mayor dependencia de transferencias y ayudas sociales.
Finalmente, el informe advirtió que el 18,8% de la población se encuentra por debajo del 50% de la mediana del ingreso per cápita familiar, un indicador clave para medir la desigualdad y la pobreza relativa. El dato confirma que casi dos de cada diez personas continúan atravesando una situación de alta vulnerabilidad económica, en un contexto de salarios rezagados y fuerte presión inflacionaria.














