Tras la derrota electoral del oficialismo, la Asociación Trabajadores del Estado (ATE) decidió redoblar la presión y reclamó la inmediata restitución de la autarquía del INTA, en medio de lo que definió como una “profunda crisis institucional” dentro del organismo.

Denuncias por vaciamiento y parálisis administrativa

En un documento elevado al Consejo Directivo del instituto, el gremio advirtió que, desde la asunción del actual Gobierno, el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria atravesó un “debilitamiento progresivo” que implicó:

• Reforma de la estructura organizativa.

• Pérdida de gobernanza.

• Reducción del INTA a un rol “meramente consultivo”.

ATE también denunció una parálisis administrativa: la falta de autoridades con firma autorizada mantiene numerosos trámites bloqueados, afectando proyectos, contrataciones y gestiones esenciales. En ese marco, pidió que este contexto sea contemplado en las evaluaciones de desempeño 2024-2025, aclarando que las demoras no son responsabilidad de los trabajadores.

Los reclamos centrales del gremio

Entre las principales demandas, ATE reclamó:

• Restablecer el funcionamiento de las unidades afectadas por los decretos derogados 642, 571 y 585, incluyendo la Estación Experimental Agropecuaria AMBA y el CIPAF.

• Recomposición inmediata de los fondos para proyectos territoriales y de investigación hoy paralizados.

• Garantía de estabilidad laboral para todo el personal: planta permanente, contratados, no permanentes y becarios, junto con una recomposición salarial tras la pérdida del 45% del poder adquisitivo.

• Reapertura de programas clave como ProHuerta y Cambio Rural, considerados esenciales para la seguridad alimentaria y la innovación tecnológica.

“Sin su gente no hay INTA posible”

El gremio destacó que, pese al vaciamiento y la falta de conducción, el instituto siguió funcionando gracias al compromiso de sus trabajadores. “La recuperación de la institucionalidad fue producto de la unidad sindical y de la lucha desplegada en todo el país”, subrayaron.

ATE cerró el documento con un mensaje contundente: “Sin su gente no hay INTA posible”, al tiempo que solicitó una reunión urgente con las autoridades para abordar los reclamos y frenar el deterioro institucional.