La histórica láctea Sancor atraviesa una crisis terminal. En una Asamblea Extraordinaria realizada este 6 de septiembre, los trabajadores afiliados a ATILRA resolvieron por unanimidad impulsar la quiebra de la cooperativa, en el marco del Concurso Preventivo que tramita en la Justicia.

La decisión llega tras años de incumplimientos. Según detallaron los empleados, la empresa adeuda 1.860 créditos laborales que totalizan unos $69.000 millones. A esto se suma la falta de pago de salarios correspondientes a los meses de abril a agosto de 2025 y el aguinaldo del primer semestre.

La situación se agrava con los aportes y contribuciones retenidos a los trabajadores y nunca girados a la obra social OSPIL, a la mutual AMPIL y al propio sindicato ATILRA. El monto de esas obligaciones asciende a más de $14.000 millones adicionales.

Desde la representación gremial remarcaron que tanto la sindicatura como el juez del concurso fueron notificados mes a mes de estos incumplimientos. Sin embargo, Sancor no respondió ninguna de las más de 2.500 intimaciones de pago realizadas por empleados y entidades, lo que, sostienen, confirma un estado de insolvencia.

La asamblea concluyó que la empresa se encuentra en cesación de pagos y sin capacidad patrimonial para revertir la situación. Por eso, resolvieron presentar el pedido de quiebra, aunque solicitarán que se garantice la continuidad de la producción para preservar los puestos de trabajo.

En paralelo, los trabajadores pidieron a ATILRA que profundice la búsqueda de posibles inversores o alternativas que permitan sostener las plantas fabriles y asegurar el futuro laboral de los más de 1.800 empleados de la cooperativa.