Mientras miles de trabajadores accidentados y abogados esperan cobrar lo que la ley ordena, Provincia ART / Autoseguro perfeccionó una ingeniería diseñada para no pagar un peso.

No importa que haya convenio homologado, factura presentada, arancel fijado por ley o actuación concluida. El objetivo es simple: cansarte.

La consigna interna parece ser: “si el abogado abandona, mejor”.

Un colega de La Plata lo sintetizó perfectamente:

“Es un monumento a la arbitrariedad. Pagan lo que quieren, cuando quieren y donde quieren. Y el Colegio de Abogados no mueve un dedo”.

Y no es una metáfora.
Los requisitos que Provincia ART exige superan en delirio a cualquier organismo estatal y parecen redactados por alguien cuya misión es garantizar que NADIE cobre jamás.

EL LISTADO DEL HORROR

Según el mail oficial enviado desde
honorarios.autoseguro@mseg.gba.gov.ar,
para cobrar un simple honorario, el abogado debe presentar:

 1. Factura original o electrónica y duplicado

Firmada a mano. En 2025. Como si siguiéramos en 1983.

 2. Una nota renunciando al plazo legal de pago

Es decir: si no renunciás a tu derecho, no te pagan. Extorsión administrativa en su forma más pura.

 3. Constancia de CBU del Banco Provincia (único autorizado)

Si trabajás con otro banco hace 20 años: jodete.

 4. Constancia de AFIP

Aunque ya presentaste la factura electrónica.

 5. Inscripción en Ingresos Brutos sin ninguna deuda

Si debés un centavo, no cobrás.
Aunque la deuda de IIBB sea otra materia, otro expediente, otra vida.

6. Declaración jurada de incompatibilidad (Ley 10.430, art. 79, incs. d y k)

Papeleo interno del Estado que el abogado debe completar para… cobrar un honorario.

 7. Certificado de Deudores Alimentarios

¿Para cobrar honorarios de un accidente laboral? Sí: también te lo piden.

PERO ESO NO ES TODO: LO QUE NO FIGURA PERO HACEN

Los abogados que litigan contra Provincia ART ya lo saben:

 Pagan lo que quieren

Generalmente el 5 %, cuando la Ley 14.967, art. 21, fija un mínimo del 10 %.
El Estado violando su propia ley arancelaria.

 Pagan cuando quieren

Nunca respetan plazos.
De hecho, te obligan a firmar una renuncia al plazo legal.

 Pagan donde quieren

Solo Banco Provincia.
Restricción ilegal, improcedente y absurda.

EL COLEGIO DE ABOGADOS DE LA PLATA: EL GRAN DESAPARECIDO

Pero si la arbitrariedad de Provincia ART es un escándalo, lo del Colegio de Abogados de La Plata directamente es una afrenta a la profesión.

Mientras los matriculados se ahogan en requisitos delirantes, plazos extorsivos, certificados ridículos y una maraña administrativa diseñada para no pagar nunca, el Colegio platense:

• no emite comunicados,

• no exige el cumplimiento de la Ley Arancelaria,

• no inicia acciones judiciales,

• no convoca reuniones,

• no denuncia la barbarie administrativa,

• no defiende a nadie.

El Colegio se convirtió en espectador de lujo del maltrato estatal, en un organismo decorativo que solo aparece para cobrar matrícula, organizar cócteles y hablar de “institucionalidad”, pero jamás para enfrentarse a un funcionario que pisotea a sus representados.

La institución encargada de defender la dignidad profesional parece más preocupada por el protocolo que por la justicia.
En una Provincia donde cobrar un honorario se volvió más difícil que ganar una apelación en la Corte, el silencio del Colegio de Abogados de La Plata no es solo tibieza:
es abandono. Es deserción. Es complicidad.

UN SISTEMA DISEÑADO PARA QUE NO COBRES

Lo que queda claro es que Provincia Seguros ART no administra riesgos: administra excusas.

Detrás del discurso del “control administrativo” se esconde:

• desprecio por la abogacía,

• desobediencia a la ley,

• maniobras dilatorias,

• y un Estado que funciona con la lógica del “si total nadie nos controla…”.

En este esquema, cobrar un honorario no es un trámite:
es una odisea diseñada para que el abogado se rinda antes de llegar.

CONCLUSIÓN

En un país donde los abogados sostienen el acceso a la justicia, Provincia ART inventó la “justicia al revés”:
vos ganás, pero igual no cobrás.
Vos cumplís, pero igual te bloquean.
Vos presentás todo, pero siempre falta algo.

Y lo peor no es la trampa.
Lo peor es que nadie la enfrenta.

La Provincia burla la ley.
El Colegio calla.
Y los abogados… pagan el precio.

En Buenos Aires, hoy, el mayor riesgo laboral es litigar contra el propio Estado.