El Gobierno nacional oficializó este viernes un ajuste del 2,78% en los haberes jubilatorios a partir de junio, en línea con el último dato de inflación informado por el INDEC. Sin embargo, decidió mantener sin cambios el bono extraordinario de 70 mil pesos destinado a quienes cobran los ingresos más bajos, medida que genera críticas por representar, en los hechos, una nueva pérdida del poder adquisitivo para gran parte del sector pasivo.

La medida fue establecida mediante la Resolución 237/2025 de la ANSES, publicada en el Boletín Oficial, que también fijó los montos actualizados para las jubilaciones y pensiones. A partir de junio, el haber mínimo garantizado pasará a ser de 304.723,93 pesos, mientras que el máximo alcanzará los 2.050.503,62 pesos.

También se actualizaron otras prestaciones vinculadas, como la Prestación Básica Universal (PBU), que se ubicará en 139.397,29 pesos, y la Pensión Universal para el Adulto Mayor (PUAM), que será de 243.779,14 pesos.

Pese al ajuste por inflación, el Gobierno resolvió, a través del decreto 367/2025, mantener congelado el monto del bono adicional en hasta 70 mil pesos, un valor que permanece sin modificaciones desde marzo de 2024. Este refuerzo será percibido por jubilados y pensionados que reciben prestaciones contributivas, así como beneficiarios de pensiones no contributivas, PUAM, y madres con siete hijos o más.

El bono se entrega de manera completa a quienes cobran el haber mínimo. En los casos en que el ingreso supere ese piso, se otorga una suma proporcional hasta alcanzar los 304.723,93 pesos. La decisión de no actualizar este adicional genera preocupación entre los analistas previsionales, quienes advierten que, en un contexto de inflación persistente, el congelamiento de ayudas extraordinarias implica un deterioro real en los ingresos de millones de jubilados.