
El salario mínimo cayó a su nivel más bajo desde 2001 y acumula una pérdida del 32% en menos de dos años
Actualidad Martes 7 de Octubre de 2025
El poder adquisitivo del salario mínimo, vital y móvil (SMVM) volvió a deteriorarse en agosto y alcanzó su valor real más bajo en casi un cuarto de siglo. De acuerdo con un informe del Instituto Interdisciplinario de Economía Política (IIEP) de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA, el salario perdió un 0,5% de poder de compra en agosto y acumula una caída del 32% desde noviembre de 2023.
El estudio, elaborado por el área de Empleo, Distribución e Instituciones Laborales (EDIL) y coordinado por Roxana Maurizio y Luis Beccaria, advierte que el salario mínimo actual se encuentra por debajo del nivel registrado antes del colapso de la convertibilidad en 2001, y 62% por debajo del máximo histórico alcanzado en 2011.
Según el informe, el deterioro del ingreso real se profundizó tras la devaluación de diciembre de 2023, cuando el salario perdió 15% en un solo mes, y continuó cayendo en enero de 2024, con un retroceso adicional del 17%. Si bien en los meses siguientes hubo incrementos nominales, estos no lograron compensar el avance de la inflación.
El informe también vincula la pérdida del poder adquisitivo con el enfriamiento del mercado laboral. Datos del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA) muestran que en junio de 2025 —último dato disponible— se perdieron 12.200 puestos de trabajo formales en el sector privado, mientras que el empleo público creció en 7.800 puestos. En total, el empleo registrado tuvo una baja neta de 4.100 trabajadores, con 10,11 millones de asalariados activos en la seguridad social.
Para los investigadores del IIEP-UBA, la situación actual refleja un “deterioro estructural del piso de ingresos formales”, que no solo afecta a quienes cobran el salario mínimo, sino también a quienes dependen de él como referencia en programas sociales, convenios colectivos y escalas laborales.
El estudio concluye que la recuperación del salario mínimo real será uno de los principales desafíos de la economía argentina en los próximos meses, en un contexto marcado por la inflación persistente, el estancamiento del consumo y la pérdida de empleo privado.