El Grupo Tapebicuá ha confirmado el cierre de su aserradero de pino San Charbel, ubicado en la localidad de Garruchos, provincia de Corrientes. La decisión, que afecta a más de 70 trabajadores, se justifica principalmente por la caída en las ventas debido a la recesión económica que enfrenta el país.

Tapebicuá, uno de los principales grupos forestoindustriales en Argentina, había registrado hasta el 31 de mayo pasado ganancias de 45.058,7 millones de pesos, un 23% superior al balance del periodo anterior. Sin embargo, la empresa ha decidido cerrar este importante complejo debido a las dificultades para mantenerse competitivo en el actual contexto económico.

El aserradero de San Charbel, situado en la ruta provincial 94 cerca de la frontera con Misiones, ha sido un actor clave en el sector forestoindustrial, junto a otras grandes compañías como Arauco Argentina, Laharregue-Chodorgue y Forestal Las Marías. Recientemente, el grupo había incorporado a la firma austríaca Acon Timber, ampliando su presencia en la región.

A pesar de estos desarrollos, la situación financiera ha llevado a la empresa a tomar la drástica medida del cierre. En una reciente asamblea de accionistas en Capitán Bermúdez, los propietarios de Tapebicuá, Douglas Albretch y José Urtubey (hermano del ex gobernador de Salta), aprobaron la distribución de 3.661 millones de pesos en honorarios para los miembros del directorio, en medio de la crisis.

Tapebicuá forma parte de Celulosa Argentina, una empresa histórica en el sector que nació en 1929 y que produce celulosa y papel en sus plantas de Gobernador Bermúdez (Santa Fe) y Zárate (Buenos Aires). Con un total de 1.500 empleados, de los cuales casi 600 pertenecen a Tapebicuá, el grupo representa el 10% de la facturación de Celulosa Argentina.

El cierre del aserradero no solo representa un golpe para los trabajadores afectados, sino también un desafío adicional para la industria forestoindustrial en un contexto económico adverso.