La crisis golpea fuerte en Cerámica Cortines, una de las empresas más emblemáticas del sector con más de medio siglo de trayectoria, que este lunes comenzó un proceso masivo de despidos que podría dejar en la calle a casi la mitad de su planta. Según fuentes internas, al menos 65 trabajadores ya habrían recibido el telegrama de desvinculación.

Desde principios de año, la actividad de la fábrica está prácticamente paralizada. Tras meses de suspensiones, la compañía avanza ahora con una reducción del 40% de su plantilla, en medio de una caída de ventas que no encuentra piso. "Ya empezaron a llegar los telegramas", confirmó un delegado de planta, quien anticipó que en las próximas horas podría conocerse el verdadero alcance de la medida.

En respuesta, los empleados de la firma prevén concentrarse este martes al mediodía en la sede local del Ministerio de Trabajo, con la intención de exigir respuestas urgentes y medidas que permitan preservar los puestos laborales. La tensión es máxima y el temor a una ola de despidos mayor sobrevuela el ambiente.

Cerámica Cortines, ubicada en la localidad bonaerense de Cortines, ya había encendido las alarmas semanas atrás cuando representantes del personal denunciaron públicamente la situación ante el Concejo Deliberante de Luján. La empresa, especializada en cerámicos esmaltados, viene arrastrando una grave crisis desde hace tiempo, agravada por la recesión económica y una brusca caída en la demanda.

Las cifras reflejan el deterioro: en 2021, se vendieron 11.175.000 metros cuadrados de cerámicos. En 2022, la cifra cayó a 9.100.000 y en 2023 se desplomó a 7.100.000. Pero el dato más alarmante llegó en 2024, con apenas 4.840.000 metros comercializados. En lo que va de 2025, el panorama es aún más crítico: solo se han vendido 850.000 metros, anticipando un derrumbe inédito si la tendencia continúa.

La empresa había adelantado un plan de reestructuración que incluía retiros voluntarios, indemnizaciones en cuotas y el achique de su dotación en un 40%. Sin embargo, los trabajadores rechazan de plano estas condiciones y apuestan a una negociación que preserve sus fuentes de ingreso.

“No estamos dispuestos a resignar nuestros puestos sin pelear”, expresó un operario afectado por la medida.

La crisis de Cerámica Cortines no solo pone en jaque a decenas de familias de Cortines, sino que también se convierte en un caso testigo de la difícil situación que atraviesa la industria nacional.