Luego de la aprobación del Presupuesto 2026 y tras meses de confrontación con el movimiento obrero, sectores aliados al Gobierno comenzaron a moderar el discurso y a plantear la “necesidad de lograr consensos” de cara al debate por la reforma laboral, uno de los proyectos más sensibles de la agenda oficialista, cuyo tratamiento fue postergado para febrero de 2026 ante la falta de apoyos suficientes.

Desde el Senado, el oficialismo y sus socios admiten que la iniciativa enfrentará un fuerte rechazo del peronismo y de las organizaciones sindicales, que ya trabajan de manera coordinada para bloquear cualquier modificación al régimen laboral vigente. Así lo reconoció el senador Luis Juez, del Frente Cívico e integrante del interbloque de La Libertad Avanza, quien anticipó un escenario parlamentario complejo.

“La CGT, la CTA y el movimiento obrero se juntaron con el bloque peronista y acordaron rechazar cualquier reforma laboral”, señaló Juez, al tiempo que describió un clima de confrontación política. “En una Argentina de fanáticos, donde las posturas se dirimen por trincheras, el debate va a ser complicado”, afirmó.

Peronismo y sindicatos, alineados

El legislador consideró que la decisión del Gobierno de postergar el tratamiento del proyecto hasta febrero fue acertada, al entender que el escenario actual no ofrece garantías de avance. “Fue inteligente suspender el debate, sabemos que algunos van a venir con un montón de planteos”, sostuvo, en referencia a las objeciones técnicas y políticas que anticipan desde la oposición y el sindicalismo.

El reconocimiento del frente común entre el peronismo y las centrales obreras marca un giro discursivo en sectores cercanos al oficialismo, que semanas atrás habían minimizado el rol de la CGT y cuestionado abiertamente a los sindicatos. Ahora, ante la dificultad de reunir mayorías, comienzan a hablar de consensos y acuerdos.

Mayorías frágiles y negociación permanente

Juez también advirtió que el respaldo legislativo obtenido con el Presupuesto 2026 no debe interpretarse como un cheque en blanco para los próximos debates. “Las mayorías son circunstanciales, va a haber que juntarlas, no hay nada automático”, remarcó, y comparó la dinámica parlamentaria con un proceso de largo aliento: “Esto es domingo a domingo”.

En declaraciones radiales, el senador explicó que la aprobación del Presupuesto fue el resultado de negociaciones previas y no de una situación excepcional. “No fue un milagro navideño: se habló con mucha gente y se construyó una mayoría”, afirmó.

Pese a las dificultades, Juez consideró que ese antecedente deja una señal positiva para el Gobierno de cara a 2026. “Permite pensar que los proyectos futuros podrán alcanzar algún nivel de consenso”, concluyó, aunque el debate por la reforma laboral aparece, por ahora, como uno de los principales focos de conflicto político y social del año próximo.