En un gesto de unidad poco frecuente, la CGT y las dos CTA acordaron este lunes una postura común de cara a la reunión del Consejo del Salario convocada por el Gobierno nacional. El encuentro, previsto para este martes, buscará actualizar el monto del Salario Mínimo, Vital y Móvil (SMVM) en un contexto marcado por la inflación y la pérdida sostenida del poder adquisitivo.

Durante la reunión entre las tres centrales obreras no solo se discutió la estrategia para la mesa salarial, sino que también se definió una acción coordinada en las calles: este miércoles 30 de abril, a modo de antesala del Día Internacional de los Trabajadores, llevarán adelante una movilización nacional. La protesta tendrá como ejes principales la defensa del salario, la reactivación de las paritarias, el incremento urgente de los programas sociales congelados desde diciembre de 2023, y la situación crítica que enfrentan los jubilados.

La marcha también incluirá un homenaje al papa Francisco, en reconocimiento a su compromiso con la justicia social, su postura contra las guerras y su impulso a la organización de los sectores populares. Para las organizaciones sindicales, el Pontífice se ha convertido en una voz fundamental que interpela tanto a los gobiernos como al poder económico global.

Con esta movida, las centrales obreras buscan enviar un mensaje claro a la Casa Rosada: el movimiento sindical está dispuesto a actuar con cohesión y fuerza ante lo que consideran un modelo económico que profundiza la desigualdad. La unificación de criterios en el Consejo del Salario marca un punto de inflexión, especialmente tras meses de tensiones internas en el ámbito gremial.

Mientras tanto, las expectativas están puestas en la reunión de este martes, donde las centrales llevarán una posición firme: que el Salario Mínimo cubra efectivamente la canasta básica. El resultado de esa mesa será determinante para medir la voluntad del Ejecutivo de atender las demandas del mundo del trabajo en medio de una crisis social que se profundiza.