Los datos correspondientes a octubre volvieron a dibujar un escenario contradictorio para la industria del acero en el país. Según el último informe sectorial, algunos segmentos registraron mejoras mensuales, aunque estas conviven con caídas significativas en insumos estratégicos y con un deterioro cada vez más visible en las actividades que suelen impulsar el consumo de acero. En ese contexto, la situación de la línea blanca aparece una vez más como uno de los focos más delicados.

De acuerdo con el reporte, la producción de acero crudo habría alcanzado las 373.200 toneladas, lo que representaría incrementos del 4,6% en comparación con septiembre y del 3,8% interanual. También se habrían observado avances en laminados en caliente —estimados en un 7,8% mensual— y en los productos laminados en frío, que mostrarían subas tanto frente al mes previo (12,6%) como respecto del año pasado (12,8%).

Sin embargo, estos movimientos contrastan con la caída del hierro primario, un insumo central del proceso siderúrgico, cuya producción habría retrocedido 22,4% interanual. Para analistas del sector, este descenso funciona como una señal de debilidad estructural en la base de la cadena, pese a los repuntes aislados en otras etapas.

La construcción continúa mostrando actividad contenida, aun cuando en octubre se registró un incremento del 5,6% en el despacho de cemento. El sector automotor, por su parte, evidenció tensiones: habría crecido apenas 0,2% frente a septiembre y retrocedido 9,9% en la comparación anual, en línea con un mercado que no termina de recuperar tracción.

En el rubro de maquinaria agrícola, algunas proyecciones son más optimistas por el impulso de la campaña de trigo, maíz y soja, aunque crece la inquietud por el aumento en el ingreso de equipos nuevos y usados desde el exterior, que podría desplazar parte de la producción local.

El segmento más comprometido, no obstante, vuelve a ser el de la línea blanca. El informe advierte que la industria nacional estaría perdiendo terreno frente al aumento de importaciones, un fenómeno que ya tuvo impacto concreto: el cierre de la planta de Whirlpool en Pilar y la desvinculación de más de 200 trabajadores, en un contexto de menor consumo interno y mayor ingreso de productos externos. La caída en la fabricación de electrodomésticos reduce además la demanda de acero plano, profundizando las tensiones dentro del sector.

Con una demanda interna débil, sectores traccionadores en retroceso y un flujo creciente de bienes importados, los movimientos positivos del mes aparecen más como rebotes puntuales que como un cambio claro de tendencia. Para la industria del acero, octubre dejó expuesto un entramado productivo todavía marcado por los desequilibrios.