En medio de un complejo contexto político y con la mirada puesta en las elecciones internas de noviembre, la Confederación General del Trabajo (CGT) participa este lunes de la segunda reunión del Consejo de Mayo en la Casa Rosada, donde ratifica su apuesta por un modelo basado en “producción, trabajo y desarrollo”, aunque puertas adentro crecen las diferencias sobre la estrategia frente al gobierno libertario.

La representación de la central vuelve a estar en manos de Gerardo Martínez, secretario de Relaciones Internacionales y líder de la UOCRA, una designación que divide aguas en el seno cegetista. Mientras algunos sectores avalan la vía del diálogo social tripartito, otros critican el perfil moderado del dirigente y exigen una postura más combativa ante las políticas de ajuste fiscal de Javier Milei.

“Es un desafío para llegar a lo que pretendemos: la trilogía desarrollo, producción y trabajo, un capítulo aún desconocido por este gobierno”, afirmó Martínez a Infobae.

Paritarias, jubilaciones y derecho a huelga: los reclamos de la CGT

En continuidad con los planteos del primer encuentro del 24 de junio, la CGT llevó a la mesa su reclamo por paritarias libres, en rechazo al “cepo salarial” que, denuncian, limita las negociaciones colectivas. También advirtieron sobre la crítica situación de los jubilados, afectados por la inflación y la falta de actualización de haberes, y reiteraron su defensa irrestricta del derecho a huelga, que consideran en riesgo ante las propuestas de “modernización laboral” impulsadas desde el Ejecutivo.

“No hay reforma laboral posible sin el respaldo del movimiento obrero y sin garantía de derechos adquiridos”, subrayan desde la conducción.

La CGT también insistió en su pedido de asistencia técnica a la OIT, planteado durante la 113° Conferencia Internacional del Trabajo en Ginebra, con el objetivo de institucionalizar un diálogo social sustentable en el país, ante un gobierno que prioriza medidas unilaterales.

Fracturas internas y disputa por el rumbo gremial

Si bien el Consejo de Mayo —creado tras la firma del Pacto de Tucumán el 9 de julio de 2024— representa una instancia formal para discutir políticas públicas, la participación de la CGT no está exenta de controversias. Dirigentes de los sectores más duros, como Pablo Moyano (Camioneros) o Sergio Palazzo (Bancarios), cuestionan la estrategia conciliadora de Martínez y ven el Consejo como un instrumento que legitima el ajuste.

Estas diferencias se amplifican en un momento crucial: la renovación del Consejo Directivo prevista para noviembre, que podría marcar un giro en la conducción y el perfil político de la central.

El Consejo de Mayo y el futuro del pacto social

El Consejo de Mayo tiene como objetivo transformar en leyes los diez puntos del Pacto firmado por Milei y 19 gobernadores, incluyendo una reforma laboral, cambios en el régimen previsional y una rediscusión de la coparticipación federal. Aunque la CGT no adhirió formalmente al Pacto, busca influir en su implementación con una agenda propia de demandas laborales.

Pese a las tensiones internas y los reparos hacia el Gobierno, la conducción actual de la CGT apuesta a mantenerse en la mesa de negociación: “El diálogo es una herramienta de lucha cuando se utiliza para defender derechos”, sostienen.

La disputa por el rumbo del sindicalismo frente a un gobierno que desprecia la negociación colectiva y busca reformular las relaciones laborales marcará los próximos meses. Y el resultado de esa puja interna puede definir no solo la estrategia gremial, sino también el papel que jugará la CGT en la Argentina que viene.