Con apoyo libertario, García Ortíz intenta retener el control del gremio de supervisores metalmecánicos
Actualidad Jueves 20 de Noviembre de 2025
El histórico dirigente Luis García Ortíz, de 83 años, busca mantenerse al frente de la Asociación de Supervisores de la Industria Metalmecánica de la República Argentina (ASIMRA) en medio de una fuerte disputa interna que combina tensiones sindicales, judiciales y políticas. El veterano líder logró bajar la lista opositora y ahora apuesta a un entendimiento con sectores libertarios para garantizar un nuevo mandato.
La conducción de García Ortíz abarca a unos 11 mil afiliados, mandos medios de empresas automotrices, autopartistas y metalúrgicas que articulan su actividad sindical con la UOM y, en algunos casos, con el SMATA. Sin embargo, el escenario interno se volvió más complejo en los últimos meses.
Una oposición que incomoda
La lista opositora es encabezada por Carlos Gutiérrez, referente de la regional norte de ASIMRA —una de las más numerosas— y actual conductor de la CGT Zárate-Campana. Su figura suele ser asociada al metalúrgico Abel Furlán, lo que le otorga peso político y sindical. Gutiérrez presentó una nómina para competir en las elecciones del gremio, pero fue impugnada por García Ortíz, lo que derivó en una escalada judicial.
Aun con la impugnación en curso, ASIMRA avanzó con una elección de lista única, aunque su validez quedó supeditada a lo que defina la Justicia. La disputa trascendió los límites sindicales: mientras Gutiérrez está representado por el estudio Recalde, García Ortíz llevó el conflicto al fuero penal, donde cuenta con el respaldo del estudio Cúneo Libarona.
El guiño libertario
En medio de este panorama, García Ortíz abrió canales de diálogo con sectores del Gobierno libertario, un movimiento que en el gremio interpretan como una jugada para fortalecer su posición y asegurarse respaldo político en plena contienda judicial.
Con un gremio atravesado por internas históricas y renovadas tensiones, el futuro de ASIMRA queda ahora en manos de la Justicia, mientras ambas partes se preparan para una pulseada que promete extenderse más allá del plano electoral.













