
Caputo fracasó en la cosecha de dólares de soja: La apuesta por las retenciones bajas no logró el resultado esperado
Política gremial 07/04
La promesa de Luis Caputo a principios de año de reducir las retenciones a las exportaciones de soja y otros cultivos clave para apurar la liquidación de divisas en febrero y marzo no solo fracasó, sino que agravó la crisis cambiaria del país. El ministro de Economía intentó incentivar la venta de soja retenida por los productores, pero el resultado fue muy distinto al esperado. Para muchos especialistas, este intento puede considerarse un "rotundo fracaso".
Al sacrificarse más de 120 millones de dólares por mes en las retenciones que se renunciaron, y sumando las pérdidas ocasionadas por el régimen del dólar "blend", los resultados de la liquidación de soja fueron muy inferiores a lo esperado. En febrero, la liquidación de exportaciones alcanzó los 2.181 millones de dólares, y en marzo, incluso menos: 1.880 millones, según datos de la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (CIARA-CEC).
Este fracaso refuerza la urgencia del gobierno, encabezado por Javier Milei y con Caputo al frente de la economía, por obtener un crédito del Fondo Monetario Internacional (FMI) para superar la crisis de divisas. En las últimas semanas, la fuga de capitales ha aumentado ante la creciente perspectiva de que el gobierno no podrá solucionar la falta de dólares sin recurrir a una devaluación. A esto se le suma la desconfianza creciente en la palabra del ministro Caputo, quien parece rehusarse a reconocer la magnitud de la crisis macroeconómica.
La apuesta fallida
Cuando el 25 de enero pasado, Caputo y su vocero, Manuel Adorni, anunciaron la reducción temporal de las retenciones a las exportaciones de soja, la estrategia parecía clara: esperar que los productores liquidaran la soja "guardada" y generaran alrededor de 5.000 millones de dólares en cada uno de los dos primeros meses del año. Sin embargo, las expectativas no se cumplieron.
La estimación oficial del stock de soja retenido por los productores era de 18 millones de toneladas, un dato que, según analistas del sector, resultaba poco confiable. Después de una cosecha marcada por la sequía, el volumen de soja disponible fue mucho menor de lo previsto. A pesar de que el gobierno confiaba en que quedaban grandes cantidades de soja por vender, muchos creen que solo entre 8 y 9 millones de toneladas estaban realmente disponibles para exportación.
CIARA-CEC sigue sosteniendo que a fines de febrero quedaban 18 millones de toneladas sin vender, pero algunos observadores opinan que esto es solo una táctica de presión de los exportadores para que el gobierno mejore los precios y así liquide grandes volúmenes de soja.
Un futuro incierto para la soja
Javier Preciado Patiño, consultor y experto en mercados agropecuarios, señaló que la baja de retenciones logró elevar los precios de la soja para los productores, pero no tuvo el impacto esperado en el flujo de divisas. "Ahora, con la nueva cosecha que está entrando al mercado, la situación es aún más complicada", advirtió. Según Preciado Patiño, los mercados internacionales están saturados por la abundante oferta de soja proveniente de Brasil y Argentina, y China, anticipándose a los problemas comerciales con Estados Unidos, ya ha realizado grandes compras, lo que hace que las perspectivas de exportación sean desfavorables.
Además, la variación en la brecha entre el precio del dólar en los mercados bursátiles y el que reciben los productores contribuyó a aumentar la incertidumbre. La baja de retenciones y el esquema del dólar "blend" no lograron estabilizar la situación, y la brecha volvió a aumentar al 19%. Si el gobierno tuviera que ceder ante el FMI y eliminar el beneficio del "blend", la brecha podría llegar al 24%, lo que provocaría una mayor retención de la cosecha por parte de los productores.
El alejamiento del agroexportador
El fracaso de las políticas económicas implementadas por Caputo ha provocado un distanciamiento entre el gobierno y el sector agroexportador. En la segunda quincena de marzo, no solo se registró una caída en las ventas de soja al sector exportador, sino que también crecieron las entregas de mercadería con precios "a fijar" en el futuro, es decir, los productores están entregando la soja, pero no la están vendiendo.
Este comportamiento refleja la creciente incertidumbre que sienten los productores, que prefieren esperar a que se aclare el panorama antes de comprometer sus productos. La oferta de soja para exportación y los dólares derivados de esas operaciones probablemente no lleguen al mercado hasta que la situación se estabilice.
Conclusión
Con la falta de dólares cada vez más urgente, las medidas implementadas por Caputo no lograron contener la fuga de divisas ni fortalecer el flujo de exportaciones de soja. Con la nueva cosecha entrando al mercado en medio de un entorno económico complicado, la pregunta ahora es cómo el gobierno conseguirá que los productores liquiden sus exportaciones si no se recurre a una devaluación significativa. La respuesta, lamentablemente, parece no estar dentro del alcance de la actual política económica, lo que deja al gobierno con pocas opciones para resolver esta crisis.