Cada fin de semana, un fenómeno particular capta la atención de quienes transitan por las inmediaciones de la autopista entre calle 44 y la Ruta 2, en la ciudad de La Plata. Se trata de una llamativa concentración de motos que, sin tener un carácter oficial, se ha transformado en un verdadero ritual para cientos de jóvenes y aficionados a las dos ruedas.

En una zona de colectora que funciona como especie de motódromo improvisado, se reúnen más de 3.000 motos y entusiastas del motociclismo. El lugar se convierte en un punto de encuentro para quienes viven la pasión por las motos, desde modelos de 110 cc hasta potentes máquinas de 1.100 cc. Allí no sólo se exhiben vehículos, sino que también se realizan maniobras, acrobacias y demostraciones de velocidad, generando un espectáculo visual y sonoro difícil de ignorar.

Lo que comenzó como una simple juntada entre amigos, con el tiempo fue ganando adeptos hasta transformarse en un evento popular entre adolescentes, jóvenes y familias enteras que se acercan a ver las motos. No hay organización formal ni difusión oficial, pero el boca en boca y las redes sociales hacen que cada encuentro tenga gran convocatoria.

Este fenómeno urbano refleja una parte del espíritu juvenil de La Plata, donde las motos son mucho más que un medio de transporte: son una forma de expresión, un hobby y, para muchos, una pasión. En este punto del conurbano, cada semana se vive una verdadera fiesta sobre ruedas que ya forma parte del paisaje alternativo de la ciudad.