Según los datos oficiales proporcionados por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), el desempleo en Argentina alcanzó el 6,4% en el cuarto trimestre de 2024, lo que representa una suba de 0,7 puntos porcentuales respecto al mismo período del año anterior, cuando la tasa era del 5,7%. Esto implica que aproximadamente 1.5 millones de argentinos de la población económicamente activa (PEA), que representa el 48,8% de la población total, se encontraban desocupados.

A pesar del aumento anual, la tasa de desempleo registró su nivel más bajo desde el inicio del gobierno de Javier Milei. En los primeros tres meses de 2024, la tasa había llegado al 7,7%, pero en el segundo trimestre se desaceleró al 7,6%, y en el tercer trimestre descendió a 6,9%, cerrando el año con la cifra del 6,4%.

Este repunte en el desempleo se vincula a la recesión económica que afectó a varios sectores, así como a los recortes en el empleo público, además de la caída del poder adquisitivo de los trabajadores. Sin embargo, también se destacó un aumento en el número de argentinos ocupados que, debido a la situación económica, se encuentran en búsqueda de un nuevo empleo.

En paralelo, la tasa de subocupación se ubicó en el 11,3% de la PEA, mientras que los otros ocupados demandantes y los otros ocupados no demandantes disponibles alcanzaron el 11,6% de la PEA. Esto llevó a que la presión sobre el mercado laboral, que incluye a desocupados, subocupados, ocupados demandantes y ocupados no demandantes disponibles, llegara al 29,4% de la población económicamente activa.

En cuanto a la población ocupada, que representa el 45,7% de la PEA, el 72,3% son asalariados. De estos asalariados, el 36,1% no cuenta con descuento jubilatorio. No obstante, por primera vez en 2024, se observó un crecimiento en el empleo registrado, alcanzando un 21,1% de la población ocupada. Además, el 23,8% de los ocupados trabaja por cuenta propia, el 3,5% son empleadores y el 0,3% son trabajadores familiares sin remuneración.

Este panorama refleja un mercado laboral tenso, con altas tasas de desempleo y subocupación, lo que representa un desafío para las políticas económicas y laborales del Gobierno en el contexto de una recuperación aún incierta.