
El CEO de Simmons cuestionó la política industrial del Gobierno: “Nos sugirieron importar para beneficiar al consumidor”
Política gremial 26/04
Marcelo Poj, presidente de la histórica empresa de colchones Simmons, lanzó duras críticas contra la política industrial del Gobierno nacional tras revelar un insólito diálogo con funcionarios de la Secretaría de Industria. “Nos sugirieron importar para beneficiar al consumidor final”, denunció el empresario, quien advirtió que “el consumidor también es empleado” y reclamó una visión más equilibrada del desarrollo económico.
La declaración se produjo durante una entrevista en La Fábrica Podcast, un espacio que reúne a jóvenes industriales del país, donde Poj relató las dificultades que atraviesa la firma tras el cierre de varios proveedores clave, entre ellos la planta de Dow Chemical en San Lorenzo, Santa Fe, que era una de las principales productoras de insumos para la industria del descanso.
Un modelo que favorece las importaciones
El testimonio de Poj puso en evidencia las tensiones crecientes entre el sector productivo nacional y la estrategia económica impulsada por el Gobierno de Javier Milei, centrada en la apertura de importaciones como herramienta para contener precios internos, incluso a costa del cierre de empresas locales.
“Hasta hace poco, la mayoría de las materias primas eran locales. Pero con el cierre de industrias petroquímicas, como Dow, nos quedamos sin opciones. Cuando lo planteé, desde el Gobierno me dijeron que eso favorecía al consumidor final. Yo les respondí que el consumidor también es empleado. No hay que perder el equilibrio”, aseguró el empresario.
Simmons debió reorganizar su esquema de producción y depender de insumos importados, lo que encareció los costos logísticos y redujo la previsibilidad. Según explicó Poj, la situación también impactó en las ventas: “Hoy vendemos más Belmo (nuestra segunda marca) que Simmons, y el cliente pide cuotas. Eso te habla del deterioro del poder adquisitivo”, lamentó.
Fábricas que cierran, consumo que cae
Desde la asunción del actual Gobierno, más de 11.900 empresas han cerrado, según cifras del Centro de Economía Política Argentina (CEPA). La construcción es el sector más golpeado, con una pérdida del 6,5% de empleadores. A esta situación se suman retiros o cierres de firmas emblemáticas como Xerox, Clorox, Prudential, HSBC y Procter & Gamble, además de recortes en compañías como Acindar, Diarco, Ferrum y Dánica.
En ese contexto, las palabras de Poj reflejan el malestar de buena parte del empresariado local, especialmente en sectores que históricamente abastecieron al mercado interno. “Importar puede parecer más barato, pero cuando cierran fábricas y se pierden empleos, el impacto social y económico es mucho mayor”, concluyó el CEO de Simmons.