La política bonaerense siempre da sorpresas, pero pocas tan creativas como Lucía Lorena Klug, la diputada que llegó a la Legislatura en 2021, en medio de la pandemia, con 24 años recién cumplidos, sin gestión, sin trayectoria y sin mérito conocido… salvo uno: tener el carnet del Frente Patria Grande de Juan Grabois, quien la ubicó entre los bendecidos del Frente de Todos para ocupar una banca que jamás habría alcanzado por peso propio.

La Legislatura, acostumbrada a ver rarezas, no estaba preparada para esto.

Porque si hay algo que Klug demostró en cuatro años es una capacidad única: transformar cualquier ocurrencia en un expediente oficial, sin filtro, sin rubor y sin relación alguna con las urgencias reales de la Provincia.

De hecho, su producción legislativa parece diseñada por un algoritmo borracho de cerveza artesanal.

LOS SIETE PROYECTOS DE KLUG (CATÁLOGO COMPLETO DE INSENSATECES)

1) Tasa Ambiental por Metano Bovino (D-1688/25-26)

Alias: el impuesto a los pedos de las vacas.
El proyecto más célebre: convertir la flatulencia animal en hecho imponible.
Si Kafka fuera peronista, escribiría esto.

2) Declaración de interés del bagazo de cerveza como alimento (D-3867/22-23)

Klug decidió que lo que sobró de la IPA del finde… es nutritivo para el pueblo.
El residuo húmedo que ningún ciruja quiere levantar, convertido en causa legislativa.
La Legislatura votando si el bagazo es “interés público”: digno de sketch.

3) Ley para regular escuelas de gestión social y cooperativa (D-2874/24-25)

Un laberinto normativo imposible que beneficia al ecosistema militante de movimientos sociales.

4) Reforma a la Ley de Educación Nº 13.688 (D-1821/23-24)

Otra intervención para meter más “gestión social” donde ya no entra una tiza más.

5) Repudio a desalojos en Zárate (D-1584/24-25)

Proyecto estrictamente simbólico, sin efectos prácticos: militancia parlamentaria de cartel y foto.

6) Beneplácito por el Centro Ambiental Laudato Si’ (D-1961/25-26)

Un proyecto que parece escrito por el community manager del Papa Francisco.

7) Expropiación del Centro Cultural El Transformador (D-2290/25-26)

La cábala del cooperativismo cultural: expropiar para “garantizar el acceso popular”.

COSTO TOTAL DE LA AVENTURA KLUG: ENTRE 160 Y 200 MILLONES DE PESOS

Entre sueldo, asesores, movilidad, estructura y gastos operativos, una banca bonaerense cuesta aproximadamente:

? $3,5 a $4 millones por mes (promedio 2021–2025 ajustado)
× 48 meses = entre $168 y $192 millones

Todo eso para que la diputada:

• declare el bagazo de cerveza como aporte nutricional,

• proponga impuestos a las vacas pedorras,

• apoye expropiaciones culturales inentendibles,

• y presente repudios y beneplácitos que no cambian ni el tránsito de la cuadra.

Miles de millones repartidos entre toda la Legislatura…
y siete proyectos en cuatro años, varios de ellos dignos de un taller de biodiseño de 6º grado.

¿QUIÉN LA PUSO EN LA LISTA? – NOMBRE Y APELLIDO

La respuesta es simple:

JUAN GRABOIS,
líder del Frente Patria Grande.
Coordinó su ingreso en la boleta del Frente de Todos en la Segunda Sección Electoral.

Klug no llegó por carrera política, gestión, trayectoria académica ni mérito.
Llegó porque Grabois pidió un nombre en la lista y el Frente de Todos se lo dio.
Así funciona la fábrica de dirigentes improvisados.

UN FENÓMENO POLÍTICO: DE LA ADOLESCENCIA DIRECTA A LA LEGISLATURA

Con 24 años:

• no había gestionado un área,

• no había sido concejal,

• no había presidido una comisión,

• no había administrado un presupuesto,

• no tenía equipos,

• ni había pisado una mesa de producción.

Pero sí tenía el requisito indispensable en el peronismo post-2015:
pertenecer a la corporación de movimientos sociales.

¿POR QUÉ PIERDE EL PERONISMO?

El peronismo no pierde “por derecha”.
Pierde porque se autodemuele con candidatos así.

Pierde porque ya no tiene cuadros técnicos, ni dirigentes territoriales, ni militantes formados.
Pierde porque reemplazó el semillero por el acomodo militante.
Porque confunde política con activismo de Instagram, y legislación con consignas asamblearias.

Pierde porque, mientras los bonaerenses reclaman seguridad, empleo, producción y escuelas, la Legislatura discute:

• pedos de vacas,

• bagazo de cerveza,

• expropiaciones boutique,

• y repudios simbólicos.

El peronismo no perdió la elección.
Perdió el sentido común.
Y cuando eso se va, no hay Patria Grande que lo traiga de vuelta.