
Cierre sorpresivo en Pilar: Kimberly-Clark despidió a 220 trabajadores y trasladará la producción a San Luis
Política gremial Domingo 15 de Junio de 2025
Sin aviso previo ni negociación con el gremio, la empresa multinacional Kimberly-Clark cerró su planta del Parque Industrial de Pilar, dejando a 220 trabajadores en la calle. La decisión fue comunicada por telegrama entre el sábado y el lunes, generando una fuerte reacción sindical y dejando un clima de incertidumbre y enojo entre los operarios.
Desde el Sindicato de Papeleros calificaron el accionar de la empresa como “abrupto, unilateral y arbitrario”. Denunciaron que el viernes anterior al cierre, la compañía había suspendido la producción con el argumento de realizar tareas de mantenimiento eléctrico, pero al día siguiente notificó la baja definitiva de las operaciones en Pilar. Ni siquiera la jefa de Recursos Humanos local quedó exenta: Yuliana Ballester, quien firmó los despidos, también fue desvinculada.
La planta elaboraba productos clave como toallitas femeninas Kotex y pañales Huggies y Kimbies, además de marcas de higiene reconocidas como Kleenex y Scott. El cierre, según la empresa, forma parte de una “estrategia de optimización y crecimiento sostenible”. Con esa justificación, Kimberly-Clark trasladará toda la producción a su planta en San Luis, donde planea invertir 15 millones de dólares en los próximos tres años. Sin embargo, no ofreció ninguna alternativa laboral a los trabajadores despedidos en Pilar.
El gremio, por su parte, reclama la reapertura del establecimiento o, al menos, una negociación real para garantizar una liquidación justa. "Muchas veces estas decisiones ya vienen tomadas desde afuera, pero para nosotros esto es devastador", dijo Diego Lijo, dirigente sindical.
El sindicato ha solicitado una audiencia urgente ante el Ministerio de Trabajo y mantiene medidas de fuerza frente a la planta cerrada, donde los trabajadores organizan protestas en reclamo de una solución.
Un modelo de ajuste regional
El caso de Pilar no es aislado. En los últimos años, Kimberly-Clark ha cerrado plantas en distintos puntos de América Latina: Porto Alegre en Brasil (2019), Bernal en Argentina (también en 2019), y más recientemente en Chile, a mediados de 2023. Detrás del discurso de “reorganización”, hay un patrón claro: deslocalización de empleos y concentración productiva en pocos puntos estratégicos, con mayor dependencia de importaciones, como podría ocurrir ahora con productos provenientes de Brasil.
Precios en alza y producción más cara
El cierre se da en un contexto económico delicado. Mientras la compañía ajusta su estructura en Argentina, uno de sus productos estrella —los pañales— registró una suba de precios del 144% en lo que va del año, superando ampliamente la inflación general (117,8% según el INDEC). En el sector incluso se cuestiona la rentabilidad real de la planta de San Luis, donde, afirman, fabricar un pañal cuesta más que importarlo desde China.
Qué se viene
El conflicto sigue abierto. Los trabajadores cesanteados aguardan una definición por parte del Ministerio, mientras continúan las protestas en Pilar. El gremio ya anticipó que, si no se logra revertir el cierre, exigirá que se revisen los términos de la indemnización y que se considere el impacto social que deja esta decisión en una localidad fuertemente golpeada por la pérdida de empleo industrial.