El gobierno nacional volvió a impulsar medidas que, según trabajadores del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) AMBA, profundizan el proceso de desmantelamiento del organismo. En las últimas semanas se dispuso el traslado de personal hacia otras áreas de la institución y se reactivó la discusión sobre un eventual proyecto de venta de tierras pertenecientes al centro experimental.

Tras la intervención del organismo, el Consejo Directivo volvió a sesionar y resolvió ratificar el “rediseño” institucional que impulsa el Ejecutivo. Para los trabajadores, esa definición coloca al INTA AMBA en una situación límite.

“Estamos llegando al cierre definitivo”, alertó Gonzalo Pares, ingeniero agrónomo del INTA AMBA, en diálogo con Radio Universidad. “El Gobierno toma esta decisión y traslada al poco personal que aún quedaba sin mover hacia otras áreas. Esto ocurre después de que se diera marcha atrás con los despidos, porque en un momento figuramos en una lista de pases a disponibilidad”, explicó.

Una estación clave para el Gran Buenos Aires

El INTA AMBA es la estación experimental que atiende las áreas urbanas y periurbanas de todo el Gran Buenos Aires. Fue creada hace trece años, en un contexto donde la institución impulsaba el desarrollo de la producción urbana, periurbana y también animal.

Pares detalló que el plan del Gobierno apunta a administrar el INTA mediante macrorregiones, cerrar agencias de extensión y dejar esa función en manos de empresas privadas o a través de plataformas virtuales. “La extensión del INTA no se puede desarrollar exclusivamente por medios virtuales. Hay productores y situaciones que requieren del cara a cara”, advirtió.

Preocupación por la eventual venta de tierras

En paralelo, surgió un nuevo foco de inquietud: la posible venta de tierras actualmente ocupadas por la institución. “En la última reunión del Consejo Directivo se planteó que cada zona determine qué terrenos serían vendibles, y el INTA AMBA está dentro de ese paquete”, señaló Pares. Indicó además que la Administración de Bienes del Estado relevó tanto este predio como otros de alto valor inmobiliario.

Renuncias, desgaste y un futuro incierto

La incertidumbre impacta de lleno en el personal. Varios trabajadores presentaron su renuncia y migraron al sector privado. “Es muy desgastante trabajar así. No hay un proyecto hacia dónde ir y eso genera preocupación, tristeza y desconcierto”, expresó el ingeniero. “Lo único que sé es que en cualquier momento tendré que ponerle la llave a la agencia de extensión que coordino. Aun así, mantenemos la esperanza de que haya una cuota de racionalidad”, añadió.