La tensión entre el Gobierno nacional y la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) va en aumento luego de que la Secretaría de Trabajo frenara la homologación del acuerdo salarial alcanzado por el gremio con la mayoría de las cámaras empresariales del sector. La demora, que ya lleva más de una semana, pone en riesgo la estabilidad de la negociación colectiva y enciende las alarmas en el movimiento obrero industrial.

El convenio, firmado el pasado 4 de junio, incluye incrementos progresivos entre abril y agosto, pagos no remunerativos de hasta $30.000 y la creación de un nuevo Ingreso Mínimo Global de Referencia (IMGR). También establece una cláusula de revisión en septiembre, para volver a discutir salarios si la inflación continúa en alza.

Pese a haber sido avalado por la mayoría de las cámaras —entre ellas Adimra, Afarte, Caiama, Fedehogar y AFAC—, el acuerdo no fue aún homologado por la Secretaría de Trabajo, conducida por Julio Cordero, exdirectivo del Grupo Techint, lo que ha generado suspicacias en el gremio.

Denuncian motivos políticos detrás de la demora

Desde la UOM, liderada por Abel Furlán, aseguran que existe una motivación política detrás del freno a la homologación. “Parece que no aceptan que podamos alcanzar un entendimiento que mejore el salario de los trabajadores”, expresó Rubén Urbano, secretario de prensa del gremio, en declaraciones a BAE Negocios.

El malestar sindical se agrava al comparar con otras organizaciones —como la UOCRA— que sí obtuvieron rápidamente la validación oficial de sus acuerdos. Para la UOM, su cercanía con sectores del kirchnerismo podría estar influyendo en el trato desigual que reciben por parte del Ejecutivo.

Plan de lucha en suspenso

El sindicato advirtió que, de persistir la negativa, se reactivará el plan de lucha aprobado en abril, lo que podría derivar en paros y movilizaciones en fábricas de todo el país. Las empresas también piden que se homologue el acuerdo, ya que consideran que la falta de validación pone en riesgo la continuidad laboral y la previsibilidad del sector.

Solo Camima, una de las cámaras que agrupa a pymes metalúrgicas, se desmarcó del pacto, argumentando que no están en condiciones de afrontar los aumentos estipulados.

Un caso testigo para la negociación colectiva

En medio de un escenario de ajuste fiscal, caída del poder adquisitivo y creciente conflictividad laboral, la paritaria de la UOM se convierte en un caso emblemático. Su resolución —o estancamiento— marcará el rumbo para las próximas negociaciones salariales en otros sectores clave de la industria argentina.