El secretario general del Sindicato de Trabajadores Municipales de San Isidro (STMSI), Omar Arce, realizó un duro diagnóstico sobre la situación salarial, laboral y de gestión que atraviesan los empleados municipales del distrito gobernado por Ramón Lanús. En diálogo con RADIO REALPOLITIK FM, advirtió que miles de trabajadores perciben ingresos por debajo de la línea de indigencia y denunció una política de ajuste, tercerización y desprecio hacia el empleo municipal.

Arce señaló que San Isidro es uno de los municipios con mayor recaudación de la provincia de Buenos Aires, pero que esos recursos no se traducen en mejoras salariales ni en condiciones dignas de trabajo. “Somos el tercer o cuarto municipio con mayor recaudación y, sin embargo, no hay ninguna intención de dignificar el salario municipal ni reconocer la tarea que realizamos”, afirmó.

Según detalló, más de 3.000 trabajadores del distrito cobran básicos inferiores a la línea de indigencia, con salarios que no alcanzan los 566 mil pesos, mientras que gran parte del personal se encuentra contratado pese a desempeñar funciones permanentes. “Tenemos un convenio colectivo de trabajo vigente, el primero de la provincia, pero esta gestión lo desconoce sistemáticamente”, denunció.

El dirigente gremial también cuestionó el alto nivel de tercerización de los servicios municipales. La recolección de residuos y la obra pública —como asfaltos, veredas y podas— se encuentran mayormente privatizadas, a pesar de que, según Arce, podrían ser realizadas por trabajadores municipales. “El municipio compra servicios privados, cuando podría generar empleo, ahorrar recursos y brindar un mejor servicio al vecino”, explicó.

En ese sentido, recordó un episodio ocurrido a pocos días de asumir la actual gestión, cuando un temporal provocó la caída de numerosos árboles. “Los trabajadores queríamos trabajar toda la noche para normalizar la situación, pero el intendente prefirió contratar personal de afuera antes que recurrir a los municipales”, relató.

Arce también alertó sobre el deterioro de los servicios públicos, en particular en áreas sensibles como la salud. Si bien reconoció inversiones en aparatología, advirtió que faltan insumos básicos, mantenimiento y personal. “Pueden mostrar nuevas terapias intensivas, pero no funcionan los ascensores y las guardias están desbordadas. El problema es el orden de prioridades”, sostuvo.

El conflicto salarial derivó en un paro de 72 horas convocado para los días 26, 27 y 28, luego de que el municipio incumpliera un acta paritaria firmada en julio y nunca abonada. Además, denunció que el bono de fin de año fue otorgado de manera parcial y por un monto muy inferior al de otros distritos de la región.

Finalmente, Arce remarcó que el trabajador municipal cumple un doble rol: es empleado del Estado local y, al mismo tiempo, vecino y contribuyente. “Somos quienes sostenemos los servicios desde que una persona nace hasta después de su muerte. Sin embargo, esta gestión nos trata como enemigos”, concluyó, y reclamó la urgente convocatoria a una mesa salarial provincial que establezca un piso digno para todos los municipales bonaerenses.