La jefa de clínica del laboratorio de Hematología y Hemostasia del Hospital Garrahan, Carolina Goedelmann, dialogó con REALPOLITIK FM sobre la crítica situación que atraviesa uno de los centros pediátricos más importantes de Sudamérica. Si bien el reciente aumento salarial del 60% trajo alivio al personal, la profesional advirtió que el conflicto de fondo sigue sin resolverse: la falta de presupuesto, la precarización laboral y la pérdida de cientos de trabajadores capacitados.

“Fue un buen aumento, fruto de la lucha. Pero la ley que regula el funcionamiento del Garrahan no se está cumpliendo. El incremento no responde a esa normativa, sino a un decreto del Poder Ejecutivo”, explicó Goedelmann.

Según detalló, la recomposición salarial —que se aplicó con retroactivo a octubre— fue solventada inicialmente con fondos propios del hospital, a la espera de una partida oficial que lo compense. Sin embargo, la especialista remarcó que la ley del Garrahan contempla mucho más que salarios, ya que establece la obligación de garantizar presupuesto anual, recursos humanos y el funcionamiento integral del sistema de salud pediátrica nacional.

300 profesionales menos y equipos desarmados

Uno de los datos más alarmantes que reveló Goedelmann es la pérdida de más de 300 profesionales altamente formados en el último año. “Son trabajadores con años de experiencia y compromiso. Muchos renunciaron por cansancio o por la falta de condiciones adecuadas. Los equipos quedaron rotos, sin reemplazos, y los concursos están totalmente frenados”, lamentó.

A la sobrecarga laboral se suman problemas administrativos y demoras en las compras de insumos. “Estamos trabajando con dificultades. Hay trabas burocráticas que ralentizan los expedientes, los reactivos llegan tarde y a veces debemos guardar muestras hasta que se apruebe una compra. Todo está mucho más lento que otros años”, describió.

Precarización y sumarios

La médica también denunció que persisten los sumarios disciplinarios contra delegados y trabajadores, incluso algunos que no pertenecen a ningún gremio. “Sabíamos que por algún lado nos iban a atacar. Hay gente que solo reclamó por sus derechos y terminó sumariada. Estamos con abogados tratando de resolverlo”, explicó.

Además, señaló que las residencias médicas siguen bajo la figura de becas, lo que significa que los jóvenes profesionales continúan en condiciones de precarización laboral. “La ley pedía la derogación del decreto que convirtió las residencias en becas. Eso todavía no se cumplió”, agregó.

Obras paralizadas y control ineficiente

Otro punto crítico es la paralización total de las obras dentro del hospital. “Ya no existe la gerencia de Obras. Todo está frenado. Y el control del hospital lo hace gente que no tiene idea del funcionamiento real de un centro de alta complejidad como el Garrahan. Se pierden meses en trámites que podrían resolverse en horas”, señaló.

Pese a la mejora salarial, la médica insistió en que el conflicto de fondo continúa: “El aumento no soluciona la falta de presupuesto, los insumos que no llegan, los equipos desarmados ni la pérdida de recursos humanos valiosos. El Garrahan necesita un plan integral, no medidas aisladas”.

Goedelmann cerró la entrevista con un mensaje que refleja el sentimiento de buena parte del personal del hospital:

“El Garrahan sigue siendo un orgullo nacional, pero se sostiene a pulmón. Lo que se logró fue gracias a la lucha y al compromiso de los trabajadores, no a la voluntad política. Necesitamos que se cumpla la ley y se garantice el derecho a la salud infantil en serio”.